Cuentan los que vivieron hace mucho tiempo, que había un hombre que no creía en la palabra de sus antepasados. Le contaban que al caer una tormenta con truenos y relámpagos, salía los niños llamados xocoyoles.
Los xocoyoles era los niños que morían antes de nacer o antes de ser bautizados. a esos niños les salen alas y aparecen sentados sobre los cerros y los peñascos.
cuentan que esos pequeñitos hacían diferentes trabajos: unos regaban agua con enormes cantaros para que lloviera sobre la tierra; otros hacían granizo y lo regaban como si fueran maicitos; otros hacían relámpagos y truenos con unos mecates. por eso oímos ruidos tan fuertes y nos espantamos.
Pero el hombre no creía, un día después de la tempestad, se fue a cortar leña a un cerro de ocotes. Cuando llego vio a un niño desnudo, que tenia dos alas y estaba atorado en un árbol de ocote.
El hombre se sorprendió, sobre todo cuando el niño le dijo:
-si me das mi mecate que está tirado en el suelo, te cortare toda la leña que salga de este ocote.
-¿En verdad lo harás? - preguntó el hombre.
-Si en verdad lo haré.
Como pudo, fue uniendo varios palos. Al terminar puso el mecate en la punta y se lo dio. cuando el niño tuvo el mecate en sus manos le dijo al hombre que se fuera y que regresara al día siguiente a recoger su leña. El hombre se fue y el xocoyol empezó a hacer rayos y relámpagos. El ocote se rompió y se hizo leña. Cuando el niño terminó se fue volando al cielo para alcanzar a sus hermanos xocoyoles.
al día siguiente el señor llego al cerro y vio mucha leña amontonada; empezó a buscar al xocoyol, pero no lo encontró por ningún lado.
a partir de ese día empezó a creerle a sus abuelos.
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