martes, 10 de noviembre de 2009

...El Dorado....


En el departamento de Cundinamarca, Colombia, se halla la laguna de Guatavita, a 80 km. De Santa Fe de boirtá.
En 1537, el conquistador español Jiménez de Quesada Descubre a un pueblo, de etnia chibcha, que habitaba cerca de la laguna de Guatavita. El Zipa, el jefe de la tribu, era También conocido como el cacique de Guatavita, esposa Cuya La era Cacica de Guatavita. En torno a la Relación de ambos personajes con la laguna habría de nacer la leyenda del Dorado.
De La Cacica de Guatavita Un día se hastio de las orgías de su esposo y de su afición a la chicha, una bebida embriagante de maíz fermentado. Se enamoró entonces de un atractivo guerrero. La Cacica Fue sorprendida Mientras se unía sexualmente A su amante. Entontes escapó con su hija, que acababa de abandonar su vientre, y se arrojó al agua. Allí, madre e hija perecieron Ahogadas. El cacique, entristecido, perdonó A su esposa infiel. Y entonces que inicio un ritual especial Durante el Cual se arrojaban a la laguna: Oro y Esmeraldas, y se entonaban oraciones y plegarias. El propósito de la ceremonia era rogar A LOS A la cacica que yacía en el lecho de la laguna para que le pidiera dioses prosperidad y bonanza para su pueblo. de las orgías de su esposo y de su afición a la chicha, una bebida embriagante de maíz fermentado. Se enamoró entonces de un atractivo guerrero. La Cacica Fue sorprendida Mientras se unía sexualmente A su amante. Entontes escapó con su hija, que acababa de abandonar su vientre, y se arrojó al agua. Allí, madre e hija perecieron Ahogadas. El cacique, entristecido, perdonó A su esposa infiel. Y entonces que inicio un ritual especial Durante el Cual se arrojaban a la laguna: Oro y Esmeraldas, y se entonaban oraciones y plegarias. El propósito de la ceremonia era rogar A LOS A la cacica que yacía en el lecho de la laguna para que le pidiera dioses prosperidad y bonanza para su pueblo.
La cacica adquirió el rango de diosa que moraba en lo profundo de la laguna. En el día DISPUESTO para el ritual, una gran balsa orlada de centelleantes adornos (la barca muisca que vemos a la izquierda) acogía al cacique de Guatavita. Al llegar al centro del estuario, el jefe indígena se quitaba su manto y su vestido y se arrojaba a las aguas. Al regresar a la adornada embarcación, su cuerpo empapado era espolvoreado con oro en polvo. De la garganta del jefe tribal nacían oraciones y cánticos. Luego, introducía nuevamente su anatomía en el agua. Acto seguido, los sacerdotes lanzaban a la laguna vasijas y joyas de oro, relumbrantes como el fuego solar, para que oficiaran de Ofrenda a los dioses que vivian en lo hondo del sagrado espejo líquido. Al concluir el ritual, el cacique recuperaba su aspecto habitual y regresaba a la costilla con la balsa. Pero A su regreso, la realidad, se había transformado, Porque ahora los dioses se mostrarían generosos con el pueblo del cacique.
La ceremonia Luego se transformó en la leyenda de un gran tesoro, El Dorado oculto en algún sitio de la geografía americana. Esto espoleó la ambición española y el anhelo de arrebatar Aquellas Riquezas Que Nunca Fueron halladas. La única fortuna es la del cristalino rostro de la laguna de Guatavita y la memoria de su pasado ritual. (Por: Esteban Gerardo)

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